EL SUFISMO Y LA MUJER
©Giuseppe Isgró C.
Si tomamos en cuenta que
el inmortal Espíritu del ser humano no tiene sexo y que de igual manera puede
animar un cuerpo de hombre u otro de mujer según el plan de vida elegido para
un determinado ciclo de vida, la práctica mística del sufismo tiene igual
importancia y trascendencia tanto para el hombre como para la mujer.
Dónde reside, entonces,
la diferencia?
Hay alguna diferencia?
En principio, no existe
diferencia alguna, sobre todo si centramos nuestra atención en el inmortal Espíritu
y en la esencia del ser y la relación espiritual con su creador, mediante una
práctica de espiritualidad directa, sin intermediarios, centrada en Él y en la
meditación de sus atributos divinos o valores universales, como fuente de
ejercicio de todas las virtudes.
Ahora, que ya existe un
reconocimiento más real sobre la equivalencia de las capacidades generales de
ambos seres, la práctica mística del sufismo aporta beneficios por igual tanto
a la mujer como al hombre. -Dónde
podría existir una ligera ventaja para la mujer en relación al hombre? En la
sensibilidad femenina, que por su misma naturaleza le hace más perceptiva o
intuitiva; más creativa y receptiva, sin olvidarnos que por el rol de creadora
física de la vida, en cooperación con el hombre, cumple funciones que
trascienden las de éste y convierten a la mujer en un ser verdaderamente
especial.
Precisamente, ese rol
especial de la mujer, sublimizado con una práctica espiritual elevada, como lo
es la del sufismo, que permite adquirir conciencia de la unidad que el ser
conforma con su Creador, y por medio de esa conexión con la fuente, el ser se
eleva, depura y embellece integralmente, volviéndose un ser majestuoso.
La constante meditación
en los atributos divinos, además de la práctica del Dzikr, o el constante
recuerdo del Creador, -mediante la repetición de su nombre- le permite
desarrollar una elevada conciencia de los valores universales, soporte de las
leyes cósmicas y fundamento y guía en la práctica de todas las virtudes,
evidentemente, la mujer, inspirada por esa sabiduría divina que fluirá sin
límites, al cumplir su rol de compañera, madre y guía de las nuevas
generaciones, podrá imprimir en los niños que va educando esos mismos
principios y valores, encaminando a la humanidad hacia su verdadera misión.
Es preciso recordar que,
además, la mujer, hoy en día, está asumiendo roles importantes en todas las
actividades humanas y lo está haciendo muy bien, compitiendo ventajosamente con
el hombre, a tal punto que gran número de empresas, a nivel mundial, la
prefieren como trabajadora en un grado muy superior al del hombre, para una
gran diversidad de cargos.
Cuando a la mujer le
toque jugar roles de legisladora, si se ha cultivado en los valores universales
del sufismo, y los sustentados por corrientes de pensamientos similares, tales
como el Budismo Zen, el Taoismo, el Espiritismo, la Teosofía , el Martinismo, la Cábala , la Masonería , y la
filosofía platónica, es decir: la Doctrina Universal , sin duda prestará un valioso
concurso para gestar esa sociedad que será lo más parecido a esa nueva edad de
oro con que han soñado los grandes utopistas.
Una mujer cultivada en
la espiritualidad mística del sufismo, desarrollando al máximo su potencial
humano, comenzará a dejar de ser un simple objeto físico, y su dignidad
autodefinida le impedirá ser explotada de múltiples formas como hasta ahora y
directamente, obligará al hombre, de manera general, a valorarla y respetarla
en mayor grado aún.
Sin duda que, al
descubrir la mujer su divinidad interior y cultivar su ser de acuerdo a los
atributos divinos del Creador, contribuirá a transformar, automáticamente, a
toda la sociedad, encaminándola hacia su verdadero derrotero.
Imaginemos, por un
momento, como se sublimizará la belleza femenina con un Espíritu depurado espiritualmente
por la meditación de los valores universales y la práctica de todas las
virtudes, en conexión divina. Cuan enriquecedor será compartir una existencia
tan llena de contenido superior y el efecto positivo en su compañero e hijos, y
en la sociedad en general por efecto de la resonancia magnética o campo
morfo-genético.
Es preciso educar a la
mujer para su emancipación total. Todavía, grupos de intereses que no se
resignan en la transformación de la humanidad hacia la verdadera nueva era, aún
por medio de la manipulación de la mujer quieren ejercer un control tipo
inquisitorial en la sociedad. Al adoctrinar a la mujer, ésta se ocupa de
hacerlo con sus cónyuges e hijos, y de esta manera, existen grupos que quieren
perpetuar el oscurantismo en forma camuflada. Pero, la emancipación de la
humanidad y de la mujer, es inevitable, por ser llegado el momento y el
sufismo, al igual que todas las corrientes de pensamiento válidas de que se
dispone, como herencia de todos, debe constituir una fuente de estudio
constante.
Ese estudio de todas las
fuentes constituye la
Doctrina Universal ; su único objetivo: la búsqueda de la
verdad universal en todas sus vertientes.
El sufismo es un camino
muy importante hacia la búsqueda de la verdad universal y acerca a cada ser a
la fuente: el Ser Universal, en una espiritualidad directa, por medio del
constante recuerdo, hasta percibir la
Rueda de la vida o el Círculo y el Signo Más, meditando en Él
y sus atributos divinos, adquiriendo, cada vez, una más clara conciencia de la Unidad perfecta e
indisoluble.
Recordemos algunos
aforismos de Ibn Arabi:
1.
–“Dedícate al recuerdo
de Allah con cualquier tipo de dzikr. El más elevado de ellos es el Nombre, la
repetición de la palabra Allah, Allah, Allah, sin añadir más”. –
2.
–“Que tu resolución al
entrar en el retiro sea: “Lo que Allah quiera” y “Nada se le asemeja”-.
3.
–“Insiste en tu
dzikr-recuerdo hasta que descubras a aquel al que recuerdas”-.
4.
–“Sabrás –ahí- que todos
los caminos son circunferenciales y que no hay ninguno lineal”-.
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