miércoles, 5 de marzo de 2014

REENCARNACIÓN ILIMITADA


REENCARNACIÓN ILIMITADA

©Giuseppe Isgró C.


Cuando se menciona el hecho de que, los Espíritus, habiendo alcanzado un determinado grado de pureza, y perfección evolutiva, ya no están obligados a reencarnar, debe entenderse que ya no están obligados a reencarnarse con fines de expiar, compensando, deudas kármicas de existencias pasadas.

Es decir, que se han liberado de compromisos que les hacía necesario reencarnar a tales efectos a los fines de compensar, cancelando sus respectivas deudas. Habiendo quedado libres de tales deudas, los Espíritus no se encuentran obligados a hacerlo con tales finalidades kármicas, adquieren una autonomía que trasciende toda obligación con otros seres.

 Empero, este grado de autonomía y de libertad no implica que ya jamás deban volver a reencarnar. Esto es preciso descartarlo absolutamente. Existen otras condiciones que obligan a los Espíritus a reencarnarse, como son:

                 I.   El progreso eterno e infinito, en el cual el Espíritu elabora su propio plan de desarrollo, mediante el cual coopera en la realización de la Gran Obra cósmica.

              II.   El plan de estudio existente en cada mundo, al cual, cada Espíritu se encuentra adscrito, en un momento dado, por propia elección, o por el grado evolutivo alcanzado, que le ubica, automáticamente, en un determinado grupo, ejerciendo, siempre, su libre albedrío, o facultad de autonomía.

            III.   Por misión autoimpuesta, de cooperar con humanidades que precisan de un instructor en el nivel alcanzado por determinado Espíritu.

             IV.   Por misión asignada por los Regidores Cósmicos, en un determinado mundo, y libremente aceptada por el Espíritu en particular.

                V.   Cualquier otra condición en que, los Espíritus, por la ley de la solidaridad, se encuentran obligados, moralmente, por la propia conciencia, a cooperar con las humanidades que lo precisan, lo cual, no deja de ser, al mismo tiempo, una oportunidad de crecimiento espiritual, ya que, tales misiones, les facultan para poner en práctica, sus conocimientos, experiencias y visión de desarrollo alcanzado.

             VI.   Esto nos permite ver que, a partir de cierto grado evolutivo, el Espíritu queda en libertad de cooperar por libre elección en la parte de la Gran Obra que mejor se adapte a su experiencia y conocimiento, optimizando su vocación de servicio y aptitudes.


           VII.   Por otra parte, el Espíritu va percibiendo áreas determinadas en las cuales precisa fortalecerse, y desarrollarse, en un mejor nivel, por lo cual, elige existencias físicas, a tales efectos, por propia iniciativa, ya que el afán evolutivo es incesante en la propia conciencia. Tomemos en cuenta de que, en la dimensión espiritual, los Espíritus, bajo la dirección de los respectivos guías, visitan los mundos más avanzados que implican los siguientes grados de desarrollo en su escala evolutiva. De lo que allí observan, eligen libremente, aquellas áreas por las cuales se sienten identificados. Las unas para optimizar sus facultades y aptitudes desarrolladas. Las otras, para desarrollar las que lo precisan.

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