SHANTI DEVI
Y LA REENCARNACIÓN
©Giuseppe
Isgró C.
El
caso de Shanti Devi sobre la memoria extracerebral, o recuerdo de vidas
anteriores, es muy conocido a nivel
mundial.
Shanti,
nació en Delhi en 1926. Alrededor de los tres años comenzó a hablar de “su
marido e hijos”. A los siete años, ya daba detalles más precisos: Decía que
había vivido antes en Muttra, una ciudad situada no muy lejos de Delhi.
Recordaba que su nombre era Ludgi, y su marido se había llamado Kedarnath, con quien había tenido tres hijos;
aportó detalles precisos. Mencionaba que había desencarnado durante su cuarto
parto. Este último detalle llamó la
atención, y motivó que los padres llevaran a la niña al médico. El galeno
comentó que tenía conocimientos más profundos sobre el tema de lo que
corresponde a una niña de siete años.
Poco
después, un hombre visitó la casa de Shanti, por relaciones de trabajo con el
padre. Al abrirle la puerta, Shanti le reconoce como un pariente que había
conocido en su vida anterior. Este hombre era de Muttra, y tenía un primo cuya
esposa, de nombre Ludgi, había desencarnado durante su último parto.
Al
poco tiempo, un desconocido tocó a la puerta de la casa de Shanti, y ésta, que
fue quien le abrió, le reconoció como a su “marido” Kedernath.
Con
la ayuda del Estado, se nombró una comisión para estudiar el caso. Condujeron a
Shanti a la población de Muttra, quien reconoció la ciudad y pudo conducirles
con los ojos cerrados. Identificó la casa donde había vivido Ludgi, y llamó por
el nombre correcto al padre, a la madre y al hermano de Kedernath. También lo
hizo con sus tres primeros hijos, pero no ocurrió lo mismo con el cuarto, por
cuanto no llegó a conocerlo, por haber desencarnado durante el parto. Aportó
otros detalles que demostraron ser ciertos.
En
el siglo XX se investigaron, a nivel científico, un número considerable de
casos que prometían ser recuerdos de vidas pasadas, de los cuales alrededor de
cinco mil superaron todas las pruebas. Esto permite que, hoy en día, se pueda
afirmar con contundencia que la Reencarnación es un hecho científicamente
comprobado. Ya resulta irrelevante afirmar o negar la realidad de la
reencarnación: Es una realidad firmemente establecida. Cada quien puede
negarla, si lo desea, es una cuestión de criterio personal. Es preciso esperar
a que cada persona que lo requiera haga conciencia al respecto.
Lo
que sí resulta prioritario es el estudio de todas las valiosas experiencias que
se han recabado de esas investigaciones, para ampliar la propia visión de la
reencarnación. Luego, se hace necesario
compararlas con las ideas transmitidas por todas las corrientes de
pensamiento, a través de la historia.
Recordemos
que el tema de la reencarnación fue olvidado en el mundo occidental con la
expansión de la corriente de pensamiento nacida en el primer Concilio de Nicea,
en el año 325 de nuestra era. Las
prohibiciones de hablar de reencarnación, so pena máxima, emanadas de
los decretos de Teodosio, en el año 381 de nuestra era, y de Justiniano, en la
primera mitad del siglo VI, hizo olvidar la realidad de la reencarnación,
conocida desde la más remota antigüedad. Se le atribuye a ambos gobernantes
haber enviado a mejor vida alrededor de un millón de personas, cada uno, por
rehusarse a dejar de hablar de reencarnación.
A
sangre y fuego, se obligó a la gente, en el mundo occidental, a olvidar el tema
de la reencarnación durante toda la edad media, y su doctrina se reactivó, en
el siglo XIX, en el año 1857, con la publicación de El Libro de los Espíritus,
de Allan Kardec, que retomaba el tema de la pluralidad de existencias, y con
Madame Blavasky, con la fundación de la Sociedad Teosófica, en 1875. El
movimiento ocultista francés dio su aporte importante en la difusión del
conocimiento sobre la reencarnación. El Dr. Gerard Encausse, mejor conocido por
su pseudónimo: Papus, publicó hacia finales del siglo XIX, un excelente libro
sobre la Reencarnación, de gran vigencia aún, en el cual reproduce, completo,
el capítulo XI de las Leyes de Manú, para demostrar la antigüedad de la
doctrina de la Palingenesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario