miércoles, 26 de febrero de 2014

ALIENTO CÓSMICO


ALIENTO CÓSMICO

©Giuseppe Isgró C.



Al realizar objetivos claramente definidos y programados, en el espacio y tiempo, o, enfrentar situaciones para resolverlas, se dispone, internamente, de un aliento cósmico que empuja a seguir adelante, hasta alcanzar la meta prefijada.

 Es la fuerza creativa interior que busca expresarse, en todo momento, de la mejor forma posible. Una pelota, sumergida en el agua, siempre emerge a la superficie.

Una semilla introducida en la tierra, germina y la nueva planta crece saliendo al exterior. Tanto la pelota como la semilla, están dotadas de una fuerza, aliento, que han absorbido del medio ambiente, la cual le imprime el dinamismo necesario para mantenerse a flote o, crecer adecuadamente según el fin natural de cada especie.

La ley cósmica, expresa...  “Todo ser absorbe el aliento cósmico, energía o vibraciones electro-cósmicas, en grado proporcional a las aspiraciones existenciales, en un momento dado”.

Para optimizar el poder creativo se requiere centrarlo al igual que los rayos del sol a través de una lupa, en un minúsculo punto u objetivo, a la vez, para encender la llama de la realización.

 La fuerza del aliento cósmico potencia al ser para alcanzar el éxito en cualquier propósito.

 En la medida en que, los objetivos son más elevados, la sintonía mental con dichos resultados, lleva a la persona a respirar de una manera diferente que lo carga de la vitalidad  requerida; paralelamente, existe una especie de respiración anímico espiritual, la cual aporta la energía psico-mental en grado suficiente y equivalente a la magnitud de la tarea por realizar.

 La propia dinamo psico-mental, al requerir mayor carga de energía cósmica, se conecta, automáticamente, con la dinamo cósmica, cargándose con la potencia requerida.

 Por eso los antiguos decían... “Hazlo y tendrás el poder”; el poder para hacerlo.

 Mientras más elevadas las metas, se aspira mayor cantidad de aliento cósmico, casi en forma imperceptible, pero real y efectivamente.

 Cuando existen diferentes objetivos  por realizar, para aprovechar al máximo la potencia del aliento cósmico que dinamiza la voluntad realizadora, se requiere planificar, los resultados apetecidos, en base a un estricto orden prioritario, por escrito, realizándolos uno a la vez.

 Desde el acto de planificar, a la realización de los resultados que deben ser alcanzados, existe un trecho en cuyo recorrido el aliento cósmico, acompañado de esa fé que mueve montañas, es el fuego constante que permite persistir, tenazmente, en pos de las metas hasta alcanzarlas una y otra vez, siempre a niveles más elevados. Mientras más lejanos parezcan los resultados, más intensamente debe ser concentrado el aliento cósmico en un pequeño punto de realización a la vez.

 Con cada logro se gana en confianza, acrecentándose el poder de la fe, en la vida, en los principios cósmicos, sus leyes y valores universales, en sí mismo y en los demás aplicando siempre las regla de oro de “hacer a los demás lo mismo que se gustaría recibir”. Mientras persista un ciclo existencial, el aliento cósmico manifestará siempre su potencia empujando al cumplimiento de la verdadera misión en la vida. A medida que los objetivos alcanzan niveles más elevados y se asume mayor grado de compromiso social, se crea, en cada uno, la necesidad de absorber el aliento cósmico, en la magnitud precisada.

Casi imperceptiblemente, cada ser va adoptando la actitud mental correcta y creando modificaciones psicosomáticas, en sí mismo, e indirectamente, influye en la modelación del medio en que se desenvuelve, donde, desde el ritmo respiratorio que permite acumular, manteniendo mayor potencia vital, hasta el aliento cósmico, que por la sintonía psico-mental establece a nivel psiconsciente con las mentes capaces de cooperar, se van abriendo canales mentales a través de los cuales las fuerzas cósmicas se manifiestan para realizar los propósitos universales.

 El místico ve, el sabio comprende, la persona de éxito ve, comprende y realiza, actuando en consecuencia, logrando los resultados que le permiten el grado de compromiso social asumido en las tareas cósmicas, acorde con las propias fuerzas, capacidades y visión existencial.

 El aliento cósmico suficiente está presente para secundar la obra iniciada.

 Mientras más altas las aspiraciones personales de cada uno, debe esforzase en mayor grado y en ese esfuerzo va absorbiendo el aliento cósmico requerido.

 Si las aspiraciones son elevadas la carga de aliento cósmico es equivalente. Si la fuerza acumulada es excesiva, la naturaleza desarrolla paralelamente grandes virtudes para equilibrar los resultados.

Adelante.



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