ALIENTO CÓSMICO
©Giuseppe Isgró C.
Al realizar objetivos
claramente definidos y programados, en el espacio y tiempo, o, enfrentar
situaciones para resolverlas, se dispone, internamente, de un aliento cósmico
que empuja a seguir adelante, hasta alcanzar la meta prefijada.
Es la fuerza creativa interior que busca
expresarse, en todo momento, de la mejor forma posible. Una pelota, sumergida
en el agua, siempre emerge a la superficie.
Una semilla introducida en la
tierra, germina y la nueva planta crece saliendo al exterior. Tanto la pelota
como la semilla, están dotadas de una fuerza, aliento, que han absorbido del
medio ambiente, la cual le imprime el dinamismo necesario para mantenerse a
flote o, crecer adecuadamente según el fin natural de cada especie.
La ley cósmica,
expresa... “Todo ser absorbe el aliento
cósmico, energía o vibraciones electro-cósmicas, en grado proporcional a las
aspiraciones existenciales, en un momento dado”.
Para optimizar el poder
creativo se requiere centrarlo al igual que los rayos del sol a través de una lupa,
en un minúsculo punto u objetivo, a la vez, para encender la llama de la
realización.
La fuerza del aliento cósmico potencia al ser
para alcanzar el éxito en cualquier propósito.
En la medida en que, los objetivos son más
elevados, la sintonía mental con dichos resultados, lleva a la persona a
respirar de una manera diferente que lo carga de la vitalidad requerida; paralelamente, existe una especie
de respiración anímico espiritual, la cual aporta la energía psico-mental en
grado suficiente y equivalente a la magnitud de la tarea por realizar.
La propia dinamo psico-mental, al requerir
mayor carga de energía cósmica, se conecta, automáticamente, con la dinamo
cósmica, cargándose con la potencia requerida.
Por eso los antiguos decían... “Hazlo y
tendrás el poder”; el poder para hacerlo.
Mientras más elevadas las metas, se aspira
mayor cantidad de aliento cósmico, casi en forma imperceptible, pero real y
efectivamente.
Cuando existen diferentes objetivos por realizar, para aprovechar al máximo la
potencia del aliento cósmico que dinamiza la voluntad realizadora, se requiere
planificar, los resultados apetecidos, en base a un estricto orden prioritario,
por escrito, realizándolos uno a la vez.
Desde el acto de planificar, a la realización
de los resultados que deben ser alcanzados, existe un trecho en cuyo recorrido
el aliento cósmico, acompañado de esa fé que mueve montañas, es el fuego
constante que permite persistir, tenazmente, en pos de las metas hasta
alcanzarlas una y otra vez, siempre a niveles más elevados. Mientras más
lejanos parezcan los resultados, más intensamente debe ser concentrado el
aliento cósmico en un pequeño punto de realización a la vez.
Con cada logro se gana en confianza,
acrecentándose el poder de la fe, en la vida, en los principios cósmicos, sus
leyes y valores universales, en sí mismo y en los demás aplicando siempre las
regla de oro de “hacer a los demás lo mismo que se gustaría recibir”. Mientras
persista un ciclo existencial, el aliento cósmico manifestará siempre su
potencia empujando al cumplimiento de la verdadera misión en la vida. A medida
que los objetivos alcanzan niveles más elevados y se asume mayor grado de
compromiso social, se crea, en cada uno, la necesidad de absorber el aliento
cósmico, en la magnitud precisada.
Casi imperceptiblemente, cada
ser va adoptando la actitud mental correcta y creando modificaciones
psicosomáticas, en sí mismo, e indirectamente, influye en la modelación del
medio en que se desenvuelve, donde, desde el ritmo respiratorio que permite
acumular, manteniendo mayor potencia vital, hasta el aliento cósmico, que por
la sintonía psico-mental establece a nivel psiconsciente con las mentes capaces
de cooperar, se van abriendo canales mentales a través de los cuales las
fuerzas cósmicas se manifiestan para realizar los propósitos universales.
El místico ve, el sabio comprende, la persona
de éxito ve, comprende y realiza, actuando en consecuencia, logrando los
resultados que le permiten el grado de compromiso social asumido en las tareas
cósmicas, acorde con las propias fuerzas, capacidades y visión existencial.
El aliento cósmico suficiente está presente
para secundar la obra iniciada.
Mientras más altas las aspiraciones personales
de cada uno, debe esforzase en mayor grado y en ese esfuerzo va absorbiendo el
aliento cósmico requerido.
Si las aspiraciones son elevadas la carga de
aliento cósmico es equivalente. Si la fuerza acumulada es excesiva, la naturaleza
desarrolla paralelamente grandes virtudes para equilibrar los resultados.
Adelante.
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