BOLÍVAR
Y EL MARQUÉS DE USTARIZ
©GIUSEPPE
ISGRÓ C.
El
19 de abril de 1799, a los 16 años, Simón Bolívar, se embarca para España, con
el objetivo de perfeccionar sus estudios.
Allí
estará hasta mayo de 1802. Lleva con él las Vidas Paralelas, de Plutarco, de
las cuales es asiduo lector. Su tío Esteban, queriéndolo preparar para la
carrera diplomática, le pone al frente de profesores de lengua francesa, inglés
e italiano; de matemáticas, baile, esgrima y equitación, durante
aproximadamente un año.
Empero,
la mayor influencia en su formación la ejercerá el sabio Marqués de Ustariz, a
quien Bolívar estimaba como a uno de los siete sabios de Grecia. Lo admiró,
expresándose de él, siempre, con veneración.
El
Marqués de Ustariz poseía una de las mejores bibliotecas personales y había
cultivado una sólida y profunda cultura clásica y filosófica. Francisco de
Miranda que le conoció en 1778, se expresó elogiosamente de él, por: -“sus
profundos conocimientos en las ciencias morales y políticas y por sus virtudes
públicas y privadas pocos comunes”-.
Fue
quien convirtió a Bolívar en un verdadero estudiante y estimuló el desarrollo
de su personalidad a niveles muy elevados. Bajo su guía, estudió con profesores
selectos las materias de: Matemáticas, idiomas vivos, filosofía, literatura e
historia.
Profundizó
el estudio de los autores clásicos de la antigüedad, entre ellos: filósofos
como Platón, con sus obras La República y Las Leyes; Aristóteles, de quien
estudió, con toda seguridad, su libro La Política; Epitecto y su famoso Manual;
Marco Tulio Cicerón y sus Discursos, Sobre las leyes, La República, De los
Deberes, Del Supremo Bien, etcétera; Séneca y sus Epístolas Morales a Lucilo y
los Tratados Morales;
historiadores
como Herodoto y sus Nueve Libros de Historia; Tucidide y La Guerra del
Peloponeso; Diógenes Laercio y Sus Vidas de los más ilustres Filósofos Griegos;
Polibio y su Historia Universal; Tácito y los Anales del Imperio Romano;
Suétonio y la Vida de los Doce Césares; Tito Livio y su Historia de Roma desde
su fundación; Julio César y su Guerra Civil y Las Guerras de las Galias, obra
ésta, que será su libro de cabecera durante sus futuras campañas.
Las
lecturas de Bolívar incluyeron: Oradores como: Demóstenes y sus Discursos
Políticos y privados; poetas, como Homero y sus clásicos La Ilíada y La Odisea.
Hesiodo: Teogonía y Los trabajos y los días. Virgilio: La Eneida y Las
Bucólicas.
Entre
los autores clásicos europeos, leyó a Vittorio Alfieri, el poeta de: -“Quise,
siempre quise, fortísimamente quise”-; Dante: La Divina Comedia; Maquiavelo: El
Principe y El Arte de la Guerra; Voltaire: El siglo de Luis XIV y Cartas
Filosóficas; Rousseau: El Contrato Social, Emilio o la Educación, Confesiones,
Discurso sobre la Economía, etc.; John Lock: Ensayo sobre el Gobierno Civil y
el Ensayo sobre el Entendimiento Humano. Es preciso destacar que la influencia
de John Lock, además de la de Aristóteles, se observará, años más tarde, en las
dos Constituciones escritas por Bolívar: la de Angostura y la de Bolivia.
Bolívar
leyó, de Francis Bacon: Novum Organum y La Nueva Atlántida; de Condillac: su
Ensayo sobre el origen del conocimiento humano, el comercio y el gobierno, el
lenguaje del cálculo, etc.; de Lavosier: Elementos de Química; de Spinoza:
Ética y Tratado Teólogico-político; de Holbach: Sistemas de la naturaleza y
sistema social; de Hume: Sobre el humano entendimiento; de Adam Smith: La
Riqueza de las Naciones; de Montesquieu: El Espíritu de las Leyes; de Bufón:
Épocas de la Naturaleza, Historias Naturales, generales y particulares y
Discurso sobre el estilo; de Hobbes: Leviatán, obra ésta que Bolívar estimaba
mucho; de Diderot: Sistema Social; de Cervantes: Don Quijote; de Garcilaso de
la Vega, El Inca, los Comentarios Reales y La Florida del Inca; de Bartolomé de
Las Casas, Breve relación de la destrucción de India y su Vida de Cristóbal
Colón.
Leyó,
también, a Helvetius, D`Lambert, Filangieri, Rollin, Berthot; Labaide; Mably,
Robertson, -de quien leyera su Vida de Carlos V y la Historia de América; Lord
Chesterfield y los dos tomos de sus famosas Cartas a su hijo. Conoció –y leyó-
la Enciclopedia, y un gran número de otros autores.
La
enumeración que precede refleja las principales obras de los autores citados,
de las cuales existen referencias, directas e indirectas, de que Bolívar las
leyó. Es posible que algunas las leyera con mayor profundidad; que otras las
haya solamente hojeado y continuado su lectura en épocas futuras, y cierto
número de ellas, en su contenido las conociera por sus conversaciones, tanto
con el Marqués de Ustariz, como con otros intelectuales con quienes entró en
contacto.
Bolívar,
solía expresar: -“Más se aprende conversando con el Marqués de Ustariz que en
las obras de los sabios”. Bajo su guía, Bolívar comenzó a amar las grandes obras
del espíritu humano, a meditar sobre sus ideas y a conversar con él sobre los
variados temas de sus lecturas. Adquirió el hábito que lo mantendrá durante
toda su vida, de alimentar su espíritu con las obras de los grandes pensadores
de todos los tiempos.
El
Marqués de Ustariz, es realmente quien gestó al futuro gran Estadista que luego
sería Bolívar. Con él consolidó Bolívar su acervo cultural que tanta confianza
le daría al emitir con brevedad juicios profundos y certeros, en cada una de
sus actuaciones. En la casa del Marqués de Ustariz se efectuaban reuniones
constantes con intelectuales destacados, cuyo intercambio de ideas, en el cual
participó Bolívar, fue un medio importante para ampliar sus horizontes
culturales y su visión de líder continental.
Cuando
se va rastreando la influencia de las lecturas de Bolívar, se descubren las
huellas de las mismas en muchos acontecimientos importantes de su trayectoria;
por ejemplo: su decreto de la “Guerra a Muerte”, en el cual obligaba a los que
vivían en Venezuela, durante la guerra de la independencia, -realistas y
patriotas- a definirse por el bando de la causa patriótica, se inspiró en el
emitido por Solón, cuando éste decretó que en épocas de peligro para la Patria
ningún ciudadano podía permanecer indiferente.
La
Carta con las instrucciones para la educación de su sobrino Fernando, -que
constituye de por sí una joya de la Pedagogía moderna, de lectura obligada para
todo intelectual- denota la influencia de las lecturas de Aristóteles y de
Plutarco; del primero, cuando se refiere a la educación musical, -sugiriendo
que no era preciso impartírsela salvo que mostrara una predisposición especial
para dedicarse a este arte- reflejando el pensamiento aristotélico al respecto
y del segundo, en lo referente al estudio de la historia, debiéndola estudiar
comenzando desde la más reciente hasta remontarse, gradualmente, a la más
antigua, emulando el plan de Plutarco en la redacción de sus Vidas Paralelas.
En el Resumen sucinto de la Vida del General Sucre, emula el arte de la
biografía al estilo del gran Maestro de Queronea, al poner énfasis en los
detalles edificantes, la cual constituye una auténtica obra maestra.
Adelante.
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