sábado, 22 de febrero de 2014

BOLÍVAR Y EL MARQUÉS DE USTARIZ


BOLÍVAR Y EL MARQUÉS DE USTARIZ

©GIUSEPPE ISGRÓ C.



El 19 de abril de 1799, a los 16 años, Simón Bolívar, se embarca para España, con el objetivo de perfeccionar sus estudios.

Allí estará hasta mayo de 1802. Lleva con él las Vidas Paralelas, de Plutarco, de las cuales es asiduo lector. Su tío Esteban, queriéndolo preparar para la carrera diplomática, le pone al frente de profesores de lengua francesa, inglés e italiano; de matemáticas, baile, esgrima y equitación, durante aproximadamente un año.

Empero, la mayor influencia en su formación la ejercerá el sabio Marqués de Ustariz, a quien Bolívar estimaba como a uno de los siete sabios de Grecia. Lo admiró, expresándose de él, siempre, con veneración.

El Marqués de Ustariz poseía una de las mejores bibliotecas personales y había cultivado una sólida y profunda cultura clásica y filosófica. Francisco de Miranda que le conoció en 1778, se expresó elogiosamente de él, por: -“sus profundos conocimientos en las ciencias morales y políticas y por sus virtudes públicas y privadas pocos comunes”-.

Fue quien convirtió a Bolívar en un verdadero estudiante y estimuló el desarrollo de su personalidad a niveles muy elevados. Bajo su guía, estudió con profesores selectos las materias de: Matemáticas, idiomas vivos, filosofía, literatura e historia.

Profundizó el estudio de los autores clásicos de la antigüedad, entre ellos: filósofos como Platón, con sus obras La República y Las Leyes; Aristóteles, de quien estudió, con toda seguridad, su libro La Política; Epitecto y su famoso Manual; Marco Tulio Cicerón y sus Discursos, Sobre las leyes, La República, De los Deberes, Del Supremo Bien, etcétera; Séneca y sus Epístolas Morales a Lucilo y los Tratados Morales;
historiadores como Herodoto y sus Nueve Libros de Historia; Tucidide y La Guerra del Peloponeso; Diógenes Laercio y Sus Vidas de los más ilustres Filósofos Griegos; Polibio y su Historia Universal; Tácito y los Anales del Imperio Romano; Suétonio y la Vida de los Doce Césares; Tito Livio y su Historia de Roma desde su fundación; Julio César y su Guerra Civil y Las Guerras de las Galias, obra ésta, que será su libro de cabecera durante sus futuras campañas.

Las lecturas de Bolívar incluyeron: Oradores como: Demóstenes y sus Discursos Políticos y privados; poetas, como Homero y sus clásicos La Ilíada y La Odisea. Hesiodo: Teogonía y Los trabajos y los días. Virgilio: La Eneida y Las Bucólicas.

Entre los autores clásicos europeos, leyó a Vittorio Alfieri, el poeta de: -“Quise, siempre quise, fortísimamente quise”-; Dante: La Divina Comedia; Maquiavelo: El Principe y El Arte de la Guerra; Voltaire: El siglo de Luis XIV y Cartas Filosóficas; Rousseau: El Contrato Social, Emilio o la Educación, Confesiones, Discurso sobre la Economía, etc.; John Lock: Ensayo sobre el Gobierno Civil y el Ensayo sobre el Entendimiento Humano. Es preciso destacar que la influencia de John Lock, además de la de Aristóteles, se observará, años más tarde, en las dos Constituciones escritas por Bolívar: la de Angostura y la de Bolivia.

Bolívar leyó, de Francis Bacon: Novum Organum y La Nueva Atlántida; de Condillac: su Ensayo sobre el origen del conocimiento humano, el comercio y el gobierno, el lenguaje del cálculo, etc.; de Lavosier: Elementos de Química; de Spinoza: Ética y Tratado Teólogico-político; de Holbach: Sistemas de la naturaleza y sistema social; de Hume: Sobre el humano entendimiento; de Adam Smith: La Riqueza de las Naciones; de Montesquieu: El Espíritu de las Leyes; de Bufón: Épocas de la Naturaleza, Historias Naturales, generales y particulares y Discurso sobre el estilo; de Hobbes: Leviatán, obra ésta que Bolívar estimaba mucho; de Diderot: Sistema Social; de Cervantes: Don Quijote; de Garcilaso de la Vega, El Inca, los Comentarios Reales y La Florida del Inca; de Bartolomé de Las Casas, Breve relación de la destrucción de India y su Vida de Cristóbal Colón.

Leyó, también, a Helvetius, D`Lambert, Filangieri, Rollin, Berthot; Labaide; Mably, Robertson, -de quien leyera su Vida de Carlos V y la Historia de América; Lord Chesterfield y los dos tomos de sus famosas Cartas a su hijo. Conoció –y leyó- la Enciclopedia, y un gran número de otros autores.

La enumeración que precede refleja las principales obras de los autores citados, de las cuales existen referencias, directas e indirectas, de que Bolívar las leyó. Es posible que algunas las leyera con mayor profundidad; que otras las haya solamente hojeado y continuado su lectura en épocas futuras, y cierto número de ellas, en su contenido las conociera por sus conversaciones, tanto con el Marqués de Ustariz, como con otros intelectuales con quienes entró en contacto.

Bolívar, solía expresar: -“Más se aprende conversando con el Marqués de Ustariz que en las obras de los sabios”. Bajo su guía, Bolívar comenzó a amar las grandes obras del espíritu humano, a meditar sobre sus ideas y a conversar con él sobre los variados temas de sus lecturas. Adquirió el hábito que lo mantendrá durante toda su vida, de alimentar su espíritu con las obras de los grandes pensadores de todos los tiempos.

El Marqués de Ustariz, es realmente quien gestó al futuro gran Estadista que luego sería Bolívar. Con él consolidó Bolívar su acervo cultural que tanta confianza le daría al emitir con brevedad juicios profundos y certeros, en cada una de sus actuaciones. En la casa del Marqués de Ustariz se efectuaban reuniones constantes con intelectuales destacados, cuyo intercambio de ideas, en el cual participó Bolívar, fue un medio importante para ampliar sus horizontes culturales y su visión de líder continental.
Cuando se va rastreando la influencia de las lecturas de Bolívar, se descubren las huellas de las mismas en muchos acontecimientos importantes de su trayectoria; por ejemplo: su decreto de la “Guerra a Muerte”, en el cual obligaba a los que vivían en Venezuela, durante la guerra de la independencia, -realistas y patriotas- a definirse por el bando de la causa patriótica, se inspiró en el emitido por Solón, cuando éste decretó que en épocas de peligro para la Patria ningún ciudadano podía permanecer indiferente.

La Carta con las instrucciones para la educación de su sobrino Fernando, -que constituye de por sí una joya de la Pedagogía moderna, de lectura obligada para todo intelectual- denota la influencia de las lecturas de Aristóteles y de Plutarco; del primero, cuando se refiere a la educación musical, -sugiriendo que no era preciso impartírsela salvo que mostrara una predisposición especial para dedicarse a este arte- reflejando el pensamiento aristotélico al respecto y del segundo, en lo referente al estudio de la historia, debiéndola estudiar comenzando desde la más reciente hasta remontarse, gradualmente, a la más antigua, emulando el plan de Plutarco en la redacción de sus Vidas Paralelas. En el Resumen sucinto de la Vida del General Sucre, emula el arte de la biografía al estilo del gran Maestro de Queronea, al poner énfasis en los detalles edificantes, la cual constituye una auténtica obra maestra.

Adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario