miércoles, 26 de febrero de 2014

INSATISFACCIÓN CREADORA O DESCONTENTO DIVINO


INSATISFACCIÓN CREADORA
O DESCONTENTO DIVINO

©Giuseppe Isgró C.


El ser humano, al igual que todos los seres en los demás reinos naturales, son productores constantes de energía creadora que busca expresarse en dos vertientes: en primer lugar, para satisfacer las necesidades en todas sus variantes: básicas, de seguridad, afectivas, de estimación, de autorrealización y de conexión espiritual con la fuente universal. La segunda vertiente, es para la realización de los objetivos, personales o profesionales, en todos los ámbitos existenciales.
Mientras la persona no tenga una necesidad imperiosa que satisfacer, problema que resolver, u objetivo que alcanzar, a corto, mediano y largo plazo, la producción de energía creadora, al no encontrar salida hacia el exterior, por cuanto la persona no tiene objetivos establecidos como metas, ni necesidades imperiosas ni problemas que resolver, por las múltiples razones que fueren, por ausencia de motivación, por no saber lo que quiere, etcétera, entonces, la persona, en vez de afrontar la realidad, y superarla, la evade. Entonces, la energía busca un escape hacia dentro, y se expresa como insatisfacción.
 La psicología humanística de Abraham Maslow, y su escuela, la denomina INSATISFACCIÓN CREADORA, por cuanto, al igual que el agua en una represa, bloqueada por un dique, se va acumulando, hasta que llega el momento en que la fuerza del agua se haga incontenible y rompa el dique.
La energía creadora, llega el instante en que induce a la persona a la acción. Esto, realmente, en la práctica tiene fácil aplicación: por una parte, al agravarse la situación por resolverse, la persona es impelida a la acción: Cuando tiene hambre, tiene que comer; para adquirir los recursos, debe trabajar. Si tiene frío, tiene que cobijarse.
Las necesidades sociales, de ser aceptado en un grupo, le hacen formar familia, a buscar trabajo, a ingresar en un centro de formación profesional, en un club, etc.
 Las necesidades de estimación, propia o ajena, le llevan a realizar obras ejemplares para granjearse su propia estima y la de los demás.
Se puede transformar la insatisfacción creadora por medio de: primeramente: anteponiéndose objetivos por escrito.
Desde el instante en que la persona se antepone los objetivos por escrito, la energía creadora se canaliza hacia el logro de los mismos, produciendo una sensación de bienestar y un sentimiento de autorrealización. En segundo lugar, es preciso tener presente que: desde el momento en que se afronta una situación por resolver, es porque se está en condiciones de resolverla, caso contrario jamás se habría topado con ella.
Al tomar la decisión de afrontar cualquier situación que requiera solución, automáticamente, comienzan a aflorar las ideas y la energía creadora suficientes tendientes a su total y satisfactoria solución.
Esta genial percepción de Abraham Maslow, la tuvo, también, cinco siglos antes de nuestra era, Sidharta Gautama, cuando en el Parque de los Ciervos, da su primer discurso, hablando de las Cuatro Nobles Verdades.
Allí, él explica la insatisfacción que el ser humano experimenta, la cual denomina con el término pali, “dukka”, que significa insatisfacción, y que algunos traductores denominan “sufrimiento”. Atribuye la causa de la insatisfacción a los deseos en polaridad negativa.

Aporta una palabra de aliento, al afirmar que es posible erradicar la causa de la insatisfacción, y muestra, de manera contundente, que la manera adecuada de transmutar la insatisfacción –o sufrimiento-, es la aplicación del Noble Sendero Óctuple, es decir: Rectas opiniones, rectos propósitos, rectas palabras, rectas acciones, rectos medios de sustentamiento de vida, recto esfuerzo, reta atención y recta concentración. Es una percepción realmente genial y su aplicación transforma la vida de cualquier persona, desde un estado de insatisfacción, que es, virtualmente constante, hasta el de su transmutación, en estado de autorrealización o felicidad.

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