INSATISFACCIÓN CREADORA
O DESCONTENTO DIVINO
©Giuseppe Isgró C.
El ser humano, al igual
que todos los seres en los demás reinos naturales, son productores constantes
de energía creadora que busca expresarse en dos vertientes: en primer lugar,
para satisfacer las necesidades en todas sus variantes: básicas, de seguridad,
afectivas, de estimación, de autorrealización y de conexión espiritual con la
fuente universal. La segunda vertiente, es para la realización de los
objetivos, personales o profesionales, en todos los ámbitos existenciales.
Mientras la persona no
tenga una necesidad imperiosa que satisfacer, problema que resolver, u objetivo
que alcanzar, a corto, mediano y largo plazo, la producción de energía
creadora, al no encontrar salida hacia el exterior, por cuanto la persona no
tiene objetivos establecidos como metas, ni necesidades imperiosas ni problemas
que resolver, por las múltiples razones que fueren, por ausencia de motivación,
por no saber lo que quiere, etcétera, entonces, la persona, en vez de afrontar
la realidad, y superarla, la evade. Entonces, la energía busca un escape hacia
dentro, y se expresa como insatisfacción.
La psicología humanística de Abraham Maslow, y
su escuela, la denomina INSATISFACCIÓN CREADORA, por cuanto, al igual que el
agua en una represa, bloqueada por un dique, se va acumulando, hasta que llega
el momento en que la fuerza del agua se haga incontenible y rompa el dique.
La energía creadora, llega
el instante en que induce a la persona a la acción. Esto, realmente, en la
práctica tiene fácil aplicación: por una parte, al agravarse la situación por
resolverse, la persona es impelida a la acción: Cuando tiene hambre, tiene que
comer; para adquirir los recursos, debe trabajar. Si tiene frío, tiene que
cobijarse.
Las necesidades sociales,
de ser aceptado en un grupo, le hacen formar familia, a buscar trabajo, a
ingresar en un centro de formación profesional, en un club, etc.
Las necesidades de estimación, propia o ajena,
le llevan a realizar obras ejemplares para granjearse su propia estima y la de
los demás.
Se puede transformar la insatisfacción
creadora por medio de: primeramente: anteponiéndose objetivos por escrito.
Desde el instante en que
la persona se antepone los objetivos por escrito, la energía creadora se
canaliza hacia el logro de los mismos, produciendo una sensación de bienestar y
un sentimiento de autorrealización. En segundo lugar, es preciso tener presente
que: desde el momento en que se afronta una situación por resolver, es porque
se está en condiciones de resolverla, caso contrario jamás se habría topado con
ella.
Al tomar la decisión de
afrontar cualquier situación que requiera solución, automáticamente, comienzan
a aflorar las ideas y la energía creadora suficientes tendientes a su total y
satisfactoria solución.
Esta genial percepción de
Abraham Maslow, la tuvo, también, cinco siglos antes de nuestra era, Sidharta
Gautama, cuando en el Parque de los Ciervos, da su primer discurso, hablando de
las Cuatro Nobles Verdades.
Allí, él explica la
insatisfacción que el ser humano experimenta, la cual denomina con el término
pali, “dukka”, que significa insatisfacción, y que algunos traductores
denominan “sufrimiento”. Atribuye la causa de la insatisfacción a los deseos en
polaridad negativa.
Aporta una palabra de
aliento, al afirmar que es posible erradicar la causa de la insatisfacción, y
muestra, de manera contundente, que la manera adecuada de transmutar la
insatisfacción –o sufrimiento-, es la aplicación del Noble Sendero Óctuple, es
decir: Rectas opiniones, rectos propósitos, rectas palabras, rectas acciones,
rectos medios de sustentamiento de vida, recto esfuerzo, reta atención y recta
concentración. Es una percepción realmente genial y su aplicación transforma la
vida de cualquier persona, desde un estado de insatisfacción, que es,
virtualmente constante, hasta el de su transmutación, en estado de
autorrealización o felicidad.
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